mayo 19, 2004

Miniactualización sobre el castillo de los plastas muy casposos

_________________________________________________

Realmente conmueve ver al hebefrénico Manuel Carabantes (alias "Profesor Mercury", porque éstos tienen mote como los otros pillos que pueblan las penitenciarías) rodeado de lo más selecto de los superfreaks de la pobre España.

Esperpentos impresentables como Leonardo Dantés, "Arlequín" y otros miembros de la troupe de fenómenos de feria que alimentan al sector más basto de la televisión, acompañaron al farsantazo que, disfrazado de brujo de caricatura mala, presentaba urbi et orbi: ¡su canción dedicada a los protagonistas de la boda real española que se nos viene encima!

El tal Carabantes, ya lo decíamos, es guitarrero y se supone que compone música, pero debe haber sido malísimo, porque el negocio le resultó tan ruinoso que mejor se puso un gorro de piquito y se lanzó a sorber billetes de bolsillos ajenos con tonterías esotéricas, mágicas y francamente absurdas como sus "consultas de sexología" por correo electónico, cobrando, claro (porque de eso se trata, no lo olvidemos).

El mundo de Tamara, del Pozí, de Tony Genil, de las encueratrices que difaman el buen nombre de una profesión tan honrada como la prostitución y otros notables miembros de la escoria de la sociedad española es, eso sí, sin duda, la comunidad más adecuada para un bicho como Carabantes... pero también lo es para sus cófrades, cómplices o coequiperos, desde JJB con hielo hasta Aramís Fuster, pasando por todos los desfachatados vividores de la paranormalología que medran en revistas, libros, radio y TV.

Ojalá pronto se adhieran a sus congéneres.