diciembre 08, 2004

Las caras de Bélmez y la coartada paranormal

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Laboratorios secretos presuntamente analizan presuntas caras


El programa Milenio 3 de Íker Jiménez informaba el domingo que ese mismo día de puente, y sin que nadie lo supiera antes, la SEIP había realizado el "levantamiento" de unas muestras de los dibujos de caras del suelo de la llamada "nueva casa" de caras de cemento.

La hipérbole fue tremenda, como corresponde a este tipo de emisión, desde afirmar que hubo estrictas "medidas de seguridad" (vaya usted a saber para qué) en la casa, hasta la presunción de que fueron "los de" Milenio 3 los que "solicitamos", aseguraba Íker Jiménez, un estudio serio (con lo cual asegura que lo que se emprendió ayer fue un estudio serio, aunque eso toca decirlo a científicos independientes, no a alguien personalmente interesado en el affaire Bélmez, y de paso asegura que los estudios en los que él y otros autores se han basado, no fueron serios, lo cual es una confesión que vale la pena agradecer).

No nos cebaremos en las inconexas palabras de Pedro Amorós a los micrófonos de Milenio 3 asegurando que las muestras fueron pedidas por dos universidades que en breves segundos se convirtieron en "una universidad y un laboratorio", luego en "dos laboratorios" y al final se quedó en "tres laboratorios, uno de comparación y dos de análisis".

Lo importante es que Amorós asegura que para el levantamiento de muestras usaron el procedimiento "indicado" por los laboratorios.

Lo que no se dice son algunos asuntillos decididamente importantes: nombres de los laboratorios, a santo de qué "pidieron muestras", para qué análisis y por qué ésos y no otros, por qué los laboratorios "indicaron" cómo tomarlas a la SEIP en lugar de mandar a un experto (dejándolo todo en las manos de partes más que interesadas), quién y cómo tomó las muestras y por qué había un circo de tres pistas montado con policía, gente del ayuntamiento y un juez de paz, pero ningún científico o experto independiente.

(Los científicos independientes son un ingrediente clave de cualquier investigación, cosa que parece evidente.)

Como sea, las muestras (que habrá que esperar a que se difundan los vídeos para determinar si se tomaron con un mínimo aseo empleando técnicas como las que aquí sí sugerimos el 20 de octubre indicando cómo se deberían hacer estas cosas según un método confiable, hay otros, claro) fueron tomadas, se nos dice, selladas (por el ayuntamiento, otra parte interesada) y se transportarían bajo ahí sí no sabemos qué medidas de seguridad hacia los misteriosos laboratorios.

En todo caso, si el procedimiento se hizo con aseo científico y si los laboratorios son independientes (es decir, en ellos no trabaja ningún miembro de la SEIP o algún pariente suyo, o algún autor de libros o artículos con intereses en el asunto), los resultados serían válidos en primera instancia y valdría la pena replicarlos en otros laboratorios como corresponde a toda investigación científica.

Íker Jiménez asegura (sin haber estado allí) que "ningún miembro de la SEIP" tocó las muestras (suponemos que no la "ha tocado" en el levantamiento, eso no garantiza nada sobre lo acontecido entre el 25 de septiembre y el domingo 5 de diciembre). Eso deja de nuevo la duda sobre quién tomó las muestras y garantizó que la toma era metodológicamente correcta, porque "no ser miembro de la SEIP" tampoco es garantía de nada.

Pero no nos anticipemos. Si científicos expertos en el asunto de las tomas de muestras de cemento revisan los vídeos del levantamiento y consideran que el protocolo usado para la recogida de muestras es confiable, lo que ha conseguido el affaire Bélmez gracias a Javier Cavanilles y al comunicado de la Red por una información crítica es más de lo conseguido en 33 años de las "caras viejas": poner un poco de orden y método donde sólo ha habido los delirios de ocultistas y el interés en la producción de materiales para el consumo.

Alguien en Milenio 3 (no conozco las voces) hizo una observación sumamente astuta: si se usó agua y aceite para "hacer surgir las caras", lo que va a ocurrir es que "el agua y aceite" saldrán en el análisis. Pues sí. De eso se trata. Por eso los supuestos laboratorios deben comparar las zonas oscuras de los dibujos de caras con las zonas en las que no hay pigmentación para determinar qué alteración física o química causa la diferencia de color en el cemento. Si hay aceite igual y en cantidades estadísticamente similares en zonas con y sin color, el color se deberá a otra cosa. (Esto lo suponemos aventuradamente, porque nadie dijo nunca qué se va a buscar en los análisis.)

En realidad, es una suerte que quedaran caras para analizar, sobre todo porque hace apenas unos días la versión de la SEIP era que el piso de la "nueva casa" estaba totalmente "destrozado" por los miles de visitantes que ahora la alcaldesa niega que hayan estado allí. Ahora han vuelto, al parecer.

Pero nada de lo que resultara de los análisis de laboratorio (de nuevo, si son independientes y la toma de muestras ha sido correctas) será motivo de que ningún ocultista profesional dé marcha atrás en su convicción de que las caras tienen un origen paranormal. Cuentan para ello con una forma sencilla, cómoda y repantigada de aclararnos todo: la coartada paranormal.

Paranormal es lo que yo digo que es paranormal


Veamos qué conclusiones puede dar un laboratorio, los razonamientos que ello podría provocar racionalmente y cómo se aplicaría en cada caso la coartada paranormal que ya tienen lista los ocultistas profesionales.
La diferencia de coloración está causada por:
  • Hongos
    • Deducción razonable: los hongos se han reproducido por haber mayor humedad en las zonas oscuras, producto de haber remojado especialmente las zonas que "parecen caras" dibujándolas con agua (según el "Método Máñez).

    • Explicación paranormal: los hongos o el agua han sido dirigidos paranormalmente por fuerzas más allá de nuestra comprensión para crear los rostros. Nosotros nunca dijimos que el color fuera paranormal, sino que las formaciones o rostros lo eran. Su origen es verdaderamente paranormal.

  • Aceite
    • Deducción razonable: el aceite se ha aplicado selectivamente a las zonas oscuras que sugerían rostros, pintándolos con aceite (según el "Método Máñez).

    • Explicación paranormal: el aceite aplicado con la fregona del SEIP fue concentrado en ciertas zonas por fuerzas más allá de nuestra comprensión para crear los rostros. Nosotros nunca dijimos que el color fuera paranormal, sino que las formaciones o rostros lo eran. Su origen es verdaderamente paranormal.

  • Jugo de manzana
    • Deducción razonable: alguien dibujó los rostros con jugo de manzana.

    • Explicación paranormal: fuerzas más allá de nuestra comprensión han atraído telekinéticamente una manzana para crear los rostros. Nosotros nunca dijimos que el color fuera paranormal, sino que las formaciones o rostros lo eran. Su origen es verdaderamente paranormal.

  • Hollín
    • Deducción razonable: alguien dibujó los rostros con hollín.

    • Explicación paranormal: fuerzas más allá de nuestra comprensión han atraído telekinéticamente el hollín para crear los rostros. Nosotros nunca dijimos que el color fuera paranormal, sino que las formaciones o rostros lo eran. Su origen es verdaderamente paranormal.

  • Pintura Titanlux
    • Deducción razonable: alguien dibujó los rostros con pintura Titanlux.

    • Explicación paranormal: fuerzas más allá de nuestra comprensión han atraído telekinéticamente la pintura para crear los rostros. Nosotros nunca dijimos que el color fuera paranormal, sino que las formaciones o rostros lo eran. Su origen es verdaderamente paranormal.

  • Rotulador Pilot
    • Deducción razonable: alguien dibujó los rostros con un rotulador Pilot.

    • Explicación paranormal: fuerzas más allá de nuestra comprensión han atraído y movido telekinéticamente un rotulador Pilot para crear los rostros. Nosotros nunca dijimos que el color fuera paranormal, sino que las formaciones o rostros lo eran. Su origen es verdaderamente paranormal.

  • Cualquier otra cosa imaginable
    • Deducción razonable: alguien dibujó los rostros.

    • Explicación paranormal: fuerzas más allá de nuestra comprensión han atraído telekinéticamente cualquier otra cosa imaginable para crear los rostros. Nosotros nunca dijimos que el color fuera paranormal, sino que las formaciones o rostros lo eran. Su origen es verdaderamente paranormal.

Ahora imaginemos que apareciera un incriminador vídeo de cámara oculta mostrando a alguien con un pincel o carboncillo, botella de aceite de oliva o de coche, tubo de pintura al óleo o manzana, muy concentrada en pintar unos rostros en el piso de alguna de las "casas misteriosas" de Bélmez. Parece que esta persona está pintando las caras, ¿verdad? Pues no. La coartada paranormal (la que están dispuestos a afirmar los protogurús y que están dispuestos a creer los seguidores de sus protosectas, dice que no. Se han "documentado" muchos casos de escritura, pintura y dibujo automáticos en los cuales, se afirma, una fuerza más allá de nuestra comprensión utiliza como "medio" o médium a una persona "receptiva" o "sensible", como sería el caso de Madge Gill, pintora cuyas obras mediúmnicas recuerdan a algunos de los rostros dibujados en Bélmez.

Por lo tanto, según la coartada paranormal, si alguien pintó las caras, lo hizo respondiendo a una fuerza que escapa a nuestra comprensión y el fenómeno sigue siendo paranormal.

Por eso, sigo sin explicarme el barullo que se ha formado en el mundo del ocultismo, en la radio ocultista, en los foros ocultistas de Internet, ante el riesgo de que se "descubra la verdad" detrás de las "caras de Bélmez". Pase lo que pase, no pasará nada. Los creyentes seguirán creyendo y alimentando fobias conspiranoicas contra quienes osan no estar de acuerdo con ellos, la SEIP saldrá fortalecida, los afectados viajarán a más congresos internacionales, se venderán más libros, las revistas ocultistas tendrán material para llenar más páginas y, en general y salvo algunos casos de personas que encuentren todo el asunto demasiado difícil de tragar, el negocio seguirá tan campante, sobre todo para los que no viven en Bélmez.